Vivir de la música en un país como el nuestro es casi tarea imposible.
Conozco a músicos que compaginan su trabajo “ordinario” con la orquesta para
sacarse un plus a costa de horas y horas de carretera, sueño y no ver a la
familia. Es un sacrificio que para algunos sirve como forma de pago de los
estudios, caprichos o en general, facturas e hipotecas.
Un tremendo esfuerzo el de estas
personas que no siempre se ve recompensado a pesar del gran impacto social que
tienen y es que, un verano sin las verbenas no es un verano.
Por otro lado no puedo dejar al
margen la parte que más me toca. Las bandas locales. (Nota: Este término hace más daño
que bien). Decía al principio de este monólogo que vivir de la música
en Spain es complicado no, lo siguiente. Si te planteas hacerlo haciendo rock,
metal o estilos similares, olvídate.
No entraré en el debate de los consumos musicales. Respetable al
mismo tiempo que alienante. Canibalismo endogámico en el que solo aquellos
creados por la misma horma tienen opciones de conseguir algo de dignidad. El
resto, a pelearse por las sobras.#No hay fórmulas mágicas
Cuando te metes en este mundo
sueñas con tocar en salas repletas de gente, sueñas con la gente aplaudiendo y
jaleando los temas que interpretas con toda la honestidad del mundo. El tema del dinero no entraba en mis
planes. #Mamá quiero ser artista
Llega un momento en el que el
hobby se transforma en algo más. No es tocar para pasarlo bien solo. Es tocar para decir algo, expresar
inquietudes, temores, esperanzas. Llega ese momento del que hablaba en el
que obtienes el respeto del público, tu esfuerzo se ve reflejado en shows cada
vez más compactos, más “profesionales”
si me permitís.
Empiezas a rodar y a rodar como
un canto rodado dejándote llevar por la corriente del entusiasmo que supone llevar tu música
a otros públicos. No sé la razón pero en
algún momento tu cabeza hace “click” y se detiene por un instante. Han
pasado muchos años desde el primer acorde, ya no eres el ingenuo amateur del
“sí a todo”. El nivel de exigencia que tienes para ti mismo a la hora de gestionar
una banda se contagia al nivel de exigencia que quieres para aquellos que
quieren que seas “su banda”, me explico.
Girar por salas al igual que 8 años atrás simplemente por el mero
objeto de tocar, por pasarlo bien y hacer rock puede seguir igual de vigente.
La energía no se destruye, se transforma dicen. Pues bien, esa energía ahora es
diferente. Cuidamos los detalles
porque queremos cuidar nuestra música, protegerla. ¿La razón? No económica sino
puramente sentimental. Tratar al público
como nos gustaría que nos tratasen a nosotros si estuviéramos en frente del
escenario. Para eso necesitamos sentirnos “apreciados”, “valorados”,
“dignificados”. Nosotros dejamos tales “miserias” en el camerino. Salimos a
darlo todo en medio de las adversidades pero una vez en casa piensas en todo
esto.
En esta reflexión hay un
componente que se traduce en dinero pero no es solo cuestión de eso que quede
claro. Dinero para tener un equipo en condiciones que no “petardee” con
cada acorde, equipo que permita encontrar esa calidad de sonido necesaria para
que los temas suenen como tienen que hacerlo. Lo siento, no hacemos “grunge”
aunque nos encante. Dinero para pagar la gasolina y el parking donde meter la
furgoneta tan amiga de los amantes de lo ajeno.
Dinero no para irnos a un
estrellas michelín sino para poder cenar en condiciones. Os lo dice alguien que
se pasó muchos años comiendo bocadillos en viajes de 500 km durmiendo en el
pasillo de un autobús.
Como habréis comprobado no hablo de vivir de la música sino de ponerle
un precio digno a tu trabajo. Precio a nivel material e inmaterial también. ¿Cuánto cuesta una hora de psicólogo?
Entre 40 -60 euros o más. Cinco minutos de un cerrajero son 90 euros o incluso
más. Una hora de fisioterapia entre 25 y 35 euros. Sí, lo sé, hablo de
profesionales. Nosotros no lo somos porque como decía al comienzo, vivir de la
música en este país es complicado.
Muchos habréis pasado por esto:
100 euros por tocar a 200 kmde tu casa en una sala vacía en ocasiones, llena en otras. Alguno se
preguntará. – “¿Pero tu flipado que te crees, Mario Vaquerizo?”-, no por
supuesto que no. Ofrecemos un show, si te gusta, negocia. #Evolución
No nos planteamos ser profesionales de esto en el sentido estricto de la palabra. En mi caso soy un
limitado músico amateur pero no por eso llevo un letrero de “Todo a cien”. Sé
donde tengo los pies. La cuestión que planteo es donde estamos los grupos que
luchan por llegar a los circuitos. Que condiciones espartanas nos ofrecen a
diario y aceptamos por el típico “es lo que hay”. Me pregunto si a una banda que viene de fuera se le dice también eso.
Muchos habréis visto el típico
anuncio de “local ofrece su escenario
para bandas” a coste cero en todos los sentidos. Ese local ofrece a sus
clientes música en directo con lo que puede atraer más clientela y generar más
ingresos. La banda que toca por otro lado obtiene el poder darse a conocer,
disfrutar del directo. Está bien eso. Todos ganan. Ahora bien, cuando dedicas horas a ensayar y sacrificas tanto no es
suficiente.
Cuando viajas te das cuenta de nuestra egoísta forma de entender las
cosas. A un músico callejero de una calle londinense le dejas caer unas
monedas o billete por la calidad de su música no por “caridad”. Aquí pasa casi
al contrario. Tienes que pagar por tocar
y digo pagar porque en muchas ocasiones pierdes dinero en un bolo. Si trabajas
y no tienes cargas familiares lo puedes sostener. Si tienes la mala fortuna de
no estar currando, de no tener ingresos a ver como te planteas sacar 30 euros
para pagar la gasolina en uno de esos desplazamientos de “Músicos sin fronteras”. (La
banda en la que toco está muy implicada en causas solidarias, nos encanta y nos
encantará siempre poder ayudar, el tema es otro).
No puedes directamente. Son tus
compañeros de grupo los que asumen. Fraternidad sí pero la procesión va por
dentro del que no puede aportar al grupo.
Tenemos mucho más poder del que
nos otorgan.#Negocio.Tenemos la posibilidad de exigir tal vez un poco más de dignidad
por nuestro trabajo / música. Todo es negociable, podemos ceder en cosas pero
para ello tiene que haber un diálogo
entre partes interesadas donde el poder sea equilibrado y no como si de
proxenetas se trataran. O lo tomas o lo dejas. O te arriesgas o te quedas en
casa. Pues bien, yo me arriesgo sin dudarlo siempre que vea que estamos todos
en el mismo barco remando en la misma dirección. No seré ni quiero ser una
“rock star” (me descojono con que tan sólo alguien lo insinúe), tan sólo quiero
un poco de “cariño” para nuestro gremio. Si
entiendes que es sólo cuestión de dinero te equivocas, son gestos, miradas y
caricias. Sexo puro casi. Rock and roll.
Nota del autor: Lo aquí vomitado es fruto de no uno sino varios
calentones. Es mi modesta visión que puede estar muy equivocada o no. Dependerá
de tus propias experiencias.
Una solución a parte del problema: Apoyo a la cultura por parte de las instituciones públicas. Fomentar la variedad de los grupos en los circuitos promovidos con fondos públicos, unión y colaboración entre los artistas...
Unión entre los artistas y decir las cosas claras. Vamos a por ello
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