jueves, 26 de noviembre de 2015

Walking dead music



Vivir de la música en un país como el nuestro es casi tarea imposible. Conozco a músicos que compaginan su trabajo “ordinario” con la orquesta para sacarse un plus a costa de horas y horas de carretera, sueño y no ver a la familia. Es un sacrificio que para algunos sirve como forma de pago de los estudios, caprichos o en general, facturas e hipotecas.

Un tremendo esfuerzo el de estas personas que no siempre se ve recompensado a pesar del gran impacto social que tienen y es que, un verano sin las verbenas no es un verano.

Por otro lado no puedo dejar al margen la parte que más me toca. Las bandas locales. (Nota: Este término hace más daño que bien). Decía al principio de este monólogo que vivir de la música en Spain es complicado no, lo siguiente. Si te planteas hacerlo haciendo rock, metal o estilos similares, olvídate.

No entraré en el debate de los consumos musicales. Respetable al mismo tiempo que alienante. Canibalismo endogámico en el que solo aquellos creados por la misma horma tienen opciones de conseguir algo de dignidad. El resto, a pelearse por las sobras.#No hay fórmulas mágicas

Cuando te metes en este mundo sueñas con tocar en salas repletas de gente, sueñas con la gente aplaudiendo y jaleando los temas que interpretas con toda la honestidad del mundo. El tema del dinero no entraba en mis planes. #Mamá quiero ser artista

Llega un momento en el que el hobby se transforma en algo más. No es tocar para pasarlo bien solo. Es tocar para decir algo, expresar inquietudes, temores, esperanzas. Llega ese momento del que hablaba en el que obtienes el respeto del público, tu esfuerzo se ve reflejado en shows cada vez más compactos, más “profesionales” si me permitís.

Empiezas a rodar y a rodar como un canto rodado dejándote llevar por la corriente del entusiasmo que supone llevar  tu  música a otros públicos. No sé la razón pero en algún momento tu cabeza hace “click” y se detiene por un instante. Han pasado muchos años desde el primer acorde, ya no eres el ingenuo amateur del “sí a todo”. El nivel de exigencia que tienes para ti mismo a la hora de gestionar una banda se contagia al nivel de exigencia que quieres para aquellos que quieren que seas “su banda”, me explico.

Girar por salas al igual que 8 años atrás simplemente por el mero objeto de tocar, por pasarlo bien y hacer rock puede seguir igual de vigente. La energía no se destruye, se transforma dicen. Pues bien, esa energía ahora es diferente. Cuidamos los detalles porque queremos cuidar nuestra música, protegerla. ¿La razón? No económica sino puramente sentimental. Tratar al público como nos gustaría que nos tratasen a nosotros si estuviéramos en frente del escenario. Para eso necesitamos sentirnos “apreciados”, “valorados”, “dignificados”. Nosotros dejamos tales “miserias” en el camerino. Salimos a darlo todo en medio de las adversidades pero una vez en casa piensas en todo esto.


En esta reflexión hay un componente  que se traduce en dinero pero no es solo cuestión de eso que quede claro. Dinero para tener un equipo en condiciones que no “petardee” con cada acorde, equipo que permita encontrar esa calidad de sonido necesaria para que los temas suenen como tienen que hacerlo. Lo siento, no hacemos “grunge” aunque nos encante. Dinero para pagar la gasolina y el parking donde meter la furgoneta tan amiga de los amantes de lo ajeno.
Dinero no para irnos a un estrellas michelín sino para poder cenar en condiciones. Os lo dice alguien que se pasó muchos años comiendo bocadillos en viajes de 500 km durmiendo en el pasillo de un autobús. 

Como habréis comprobado no hablo de vivir de la música sino de ponerle un precio digno a tu trabajo. Precio a nivel material e inmaterial también. ¿Cuánto cuesta una hora de psicólogo? Entre 40 -60 euros o más. Cinco minutos de un cerrajero son 90 euros o incluso más. Una hora de fisioterapia entre 25 y 35 euros. Sí, lo sé, hablo de profesionales. Nosotros no lo somos porque como decía al comienzo, vivir de la música en este país es complicado.

Muchos habréis pasado por esto: 100 euros por tocar a 200 kmde tu casa en una sala vacía en ocasiones, llena en otras. Alguno se preguntará. – “¿Pero tu flipado que te crees, Mario Vaquerizo?”-, no por supuesto que no. Ofrecemos un show, si te gusta, negocia. #Evolución

No nos planteamos ser profesionales de esto en el sentido estricto de la palabra. En mi caso soy un limitado músico amateur pero no por eso llevo un letrero de “Todo a cien”. Sé donde tengo los pies. La cuestión que planteo es donde estamos los grupos que luchan por llegar a los circuitos. Que condiciones espartanas nos ofrecen a diario y aceptamos por el típico “es lo que hay”. Me pregunto si a una banda que viene de fuera se le dice también eso.

Muchos habréis visto el típico anuncio de “local ofrece su escenario para bandas” a coste cero en todos los sentidos. Ese local ofrece a sus clientes música en directo con lo que puede atraer más clientela y generar más ingresos. La banda que toca por otro lado obtiene el poder darse a conocer, disfrutar del directo. Está bien eso. Todos ganan. Ahora bien, cuando dedicas horas a ensayar y sacrificas tanto no es suficiente.

Cuando viajas te das cuenta de nuestra egoísta forma de entender las cosas. A un músico callejero de una calle londinense le dejas caer unas monedas o billete por la calidad de su música no por “caridad”. Aquí pasa casi al contrario. Tienes que pagar por tocar y digo pagar porque en muchas ocasiones pierdes dinero en un bolo. Si trabajas y no tienes cargas familiares lo puedes sostener. Si tienes la mala fortuna de no estar currando, de no tener ingresos a ver como te planteas sacar 30 euros para pagar la gasolina en uno de esos desplazamientos de “Músicos sin fronteras”. (La banda en la que toco está muy implicada en causas solidarias, nos encanta y nos encantará siempre poder ayudar, el tema es otro).

No puedes directamente. Son tus compañeros de grupo los que asumen. Fraternidad sí pero la procesión va por dentro del que no puede aportar al grupo.

Tenemos mucho más poder del que nos otorgan.#Negocio.Tenemos la posibilidad de exigir tal vez un poco más de dignidad por nuestro trabajo / música. Todo es negociable, podemos ceder en cosas pero para ello tiene que haber un diálogo entre partes interesadas donde el poder sea equilibrado y no como si de proxenetas se trataran. O lo tomas o lo dejas. O te arriesgas o te quedas en casa. Pues bien, yo me arriesgo sin dudarlo siempre que vea que estamos todos en el mismo barco remando en la misma dirección. No seré ni quiero ser una “rock star” (me descojono con que tan sólo alguien lo insinúe), tan sólo quiero un poco de “cariño” para nuestro gremio. Si entiendes que es sólo cuestión de dinero te equivocas, son gestos, miradas y caricias. Sexo puro casi. Rock and roll.

Nota del autor: Lo aquí vomitado es fruto de no uno sino varios calentones. Es mi modesta visión que puede estar muy equivocada o no. Dependerá de tus propias experiencias.

Una solución a parte del problema: Apoyo a la cultura por parte de las instituciones públicas. Fomentar la variedad de los grupos en los circuitos promovidos con fondos públicos, unión y colaboración entre los artistas...

martes, 15 de septiembre de 2015

Ojalá...(Concierto "Plataforma Diego somos todos")



Hoy me he levantado con la noticia del “caso de los comuneros”  Ver: Noticia Faro de Vigo 
Seguramente sabréis que existen ciertos “delincuentes” que se dedican a sembrar el monte con trampas para que deportistas amantes de la naturaleza y de la bicicleta se maten o mejor dicho, sufran accidentes / intentos de asesinato.

En dicha noticia se habla de que es posible que los presuntos causantes del fatal accidente de un joven deportista, Diego, paguen con la cárcel sus actos.

De ser así, cuando la justicia haga su trabajo, espero que sirva como aviso a navegantes. Que termine de una vez por toda esa estupidez de “joder” al prójimo. Sigo por más que me lo pregunto sin entender el motivo de sembrar el monte, patrimonio de todos, con cables de acero, estacas o piedras en lugares de paso con la intención de hacer daño. No hay nada que lo justifique o ampare, nada salvo la intransigencia y el garrulismo.

Si pusieran estos personajes tanto celo en cuidar ese mismo monte de los incendios “intencionados” mejor nos iría.  No quiero continuar sin olvidar matizar que hablo en todo momento de un grupo reducido de sujetos que no representan al colectivo de comuneros. Estos ejercen su labor de cuidado de nuestros parajes naturales con dedicación y celo.

A raíz de esta noticia y ya recuperado de las cervicales quiero recordar el pasado día 4 de septiembre. Se celebró en la Sala Masterclub un concierto a favor de la Plataforma “Diego somos todos” en la que se reunieron dos bandas locales, “El grito chino amenaza los continentes”, “Youdog!!” y “Ánima” desde la Coruña. Más de 200 personas llenaron el local fieles a la hora y aguantaron el tirón hasta las tres de la mañana sin bajar ni un segundo su entrega. Fue una velada llena de intensidad, de emociones, de amistad y compadreo entre todos los presentes en la que el rock fue el hilo musical de un mensaje que entre tema y tema se colaba en nuestra cabeza para recordarnos el motivo de estar allí. “Por un monte sin trampas”.

 

En el plano musical no puedo ser muy objetivo. Fue un bolazo de todos. Sigo escuchando el mismo tantra de siempre. En Vigo no se valora el talento musical. Creo que no es cuestión de Vigo o Coruña, es una cuestión de educación musical más industria. Si en vez de bandas locales / gallegas fuéramos canadienses, australianos o suecos tal vez la repercusión sería diferente pero es lo que hay. Tenemos mucho que cambiar y trabajar pero se necesita el apoyo de todos, público, grupos, agencias, locales y entidades públicas que faciliten las cosas y promuevan la cultura más. De todas formas, es un debate que sobra en esta entrada.


El público estuvo de 10. Un lujo. Nada que reprochar. Nos llevó en bolandas e hizo muy fácil el subirse al escenario. Así da gusto, mil gracias.

Para terminar diré que ojala no hiciera falta organizar este tipo de eventos. Ojala, el motivo de nuestros encuentros fueran sencillamente levantar el puño con una cerveza en la otra mano mientras gritas tu canción favorita. Ya parezco Silvio Rodríguez.

Ojala nos volvamos a ver pronto para celebrar que el monte es un lugar donde podemos disfrutar todos libremente, en el respeto y responsabilidad hacia el medio natural y las personas que trabajan en y por él. Que podamos correr por sus pistas, hacer senderismo, quedar en familia o amigos para disfrutar de las zonas de barbacoas, ver a los caballos salvajes trotar libres. Ojala sea pronto. Depende de todos empezando por uno mismo.



Gracias. “Diego somos todos”. Pulsa aquí si quieres colaborar con la Plataforma



- Fotos de Lain Romasanta (Graciñas también).

viernes, 17 de julio de 2015

No importa



Hace una semana cerca de mi casa hubo una fiesta popular. El primer día de noche, actuaron bandas de rock duro, heavy. Hubo gente que protestó. No lo entiendo les dije. Tienen derecho a tener su espacio. Se lo curran para ello. ¿Todo tiene que pasar por orquestas y pachanga? Después pon Cadena Dial si quieres y pregúntate si esos grupos tan molones tuvieron su primera experiencia en fiestas parecidas.

Escribir estas palabras me produce una sensación amarga. Son muchos años que llevamos metidos en esto de la música. Estos años me han enseñado que importan una mierda lo bueno que seas como músico (no es mi caso), que importa una mierda que la música que hagas con tu banda sea un truño (viva la riqueza de la lengua) o no, que poco importa que seas guapo o guapérrimo. La música en sí misma al final no deja de ser política. Todo acto humano es político. Seas onanista o no al final tienes que llevarte bien con los demás, incluso contigo mismo.

Mi autoestima sigue en un punto de equilibrio sano por suerte. Es decir, me importa muy poco los palos que la banda ha recibido este año. Ojo, me importan muy poco porque detrás de ellos solo veo política y pocas razones que ataquen a la esencia misma de la banda, su música. Respetando los gustos dispares de nuestra sociedad aquellos que nos han ignorado por omisión o por sencilla falta de aprecio por nuestra propuesta solo me transmiten una falta de educación importante. No importa. No tenemos nada que ofrecerles (hoy) y ellos seguramente nada que ofrecernos (mañana). Aún en ese caso, si se dieran las circunstancias para volver a contactar en el futuro nuestra respuesta sería educada. “Contigo no trabajo ni de coña porque me has demostrado lo poco profesional y persona que eres”. Directo sí, clarito. Revancha dirás. No. Ser consecuente. No es lo mismo.



Escucho a muchos decir que “la política no vale para nada, no importa”. Parvo, eres parvo si piensas eso. La política es necesaria. No la veas como aquella lejana a nosotros, de traje y sobres B / C. Me refiero a la política de calle. A la que hace conectar a las personas y con ello a sus propuestas. Da igual que toques con un dedo y tus gritos atraigan a las gaviotas como si de una película de Hitchcock se tratase. Aunque fuera así, sinceramente, lo respetaría porque no soy quien de juzgar la propuesta de uno u otro. Me podrá gustar o no pero ahí me quedaría. El problema es otro bien distinto. El problema viene por el sectarismo endofágico.

Te preguntarás el motivo de este desvarío. Sencillo. Quitando honrosas excepciones de nuestra comunidad, tocar, llevar al público nuestro disco es sencillamente complicado. Si no tienes promotora, manager o a Tony Montana de padrino, tocar rock en nuestra comunidad nos ha resultado difícil. Repito, hay excepciones. Gente profesional que lleva mucho tiempo en esto y que nunca nos han dicho que no. A todos ellos que nos conocen mil gracias. Eternamente agradecidos.

Pero por otro lado nos encontramos con otros que independientemente de nuestra propuesta se mueven por otras cuestiones. El negocio es el negocio. Eso lo entiende cualquiera. Ahora bien, los grandes grupos / autores nacionales o internacionales no han surgido por suerte solo de “Operación triunfo”. Esos grupos comenzaron desde abajo como nosotros, empeñando dinero hasta donde no te puedes imaginar. El tiempo y la ilusión son gratis. Parece que muchos que están metidos en la “escena” han olvidado esto.

La apuesta por las bandas de aquí, conocidas por muchos, está llena de piedras. Todo te lo tienes que currar tú. No hay apoyo de ningún tipo salvo el que surge del hermanamiento entre ellas. Hemos tocado con infinidad de bandas de todo tipo de estilo. Eso no importa porque nos une la música. Hemos tocado con gente de diferentes lugares y no ha habido ni barreras idiomáticas ni de otro tipo porque nos une la música. Sin embargo, ya aquí, en el planeta Galicia te encuentras con centenares de barreras que tienen a la música como telón de fondo pero que en realidad se resumen en la política de calle de la que os hablaba anteriormente. Caer bien a unos u otros.

Os pondré un ejemplo aunque no guste. Teníamos una fecha para un bolo al aire libre. Finalmente no se celebrará porque según la organizadora cuyo nombre prefiero omitir dice que “somos muy duros”. Que te digan esa memez cuando no eres precisamente un Slipknot de la vida tiene su guasa. Lo curioso es que hace unos años tocamos en ese mismo lugar con gran éxito de público. Parece ser que el gusto musical de Vigo se ha suavizado en este tiempo o es que no hemos sido diplomáticos (desde la ironía).

No importa que te rechacen en un garito para tocar. Si lo hacen con educación y con claridad se digiere bien. Puedes entender que un local prefiera a una banda tributo antes que a un grupo original. La recaudación manda. Lo que no entiendo es que esa misma gente luego acuda a festivales a escuchar a bandas que le gustan pagando un pastizal por ellas. ¿Donde queda nuestro espacio? ¿Estamos condenados a pagar siempre por poder tocar?

Hace unos años en festivales del país vecino veías escenarios dedicados a bandas emergentes. Era una forma de acercar a esas bandas a un público más amplio. De ahí descubrí auténticas joyas. Hoy en día eso se ha perdido. Veo carteles de festivales con algún grupo amigo sí, pero como siempre, en poca cantidad. 


Es posible que me encuentre próximamente en el Marisquiño junto a uno de la organizadora del evento del que os hablé antes. Escucharemos a bandas suaves repartir sus interpretaciones gráciles y delicadas. Gritaremos “I love you” al cantante de turno y volveremos a nuestro mundo donde la rutina del canibalismo volverá a dejarnos fuera.

La conclusión es obvia. O hay unión o el rock en nuestra ciudad seguirá siendo un mercado sumergido donde tienes que sacrificarte a los Dioses diez discos después para darte cuenta de cómo funciona el business. Luego presumimos que somos una potencia. Potencia con alas cortadas. Os lo vuelvo a decir, no es una cuestión de ser buenos o malos, las buenas palabras que recibe nuestro grupo las tomo con mucha normalidad. No me siento mejor con ellas pero se agradecen. Lo que no me tomo con normalidad es la embriaguez con la que dejamos que la música fluya hacia un mercado que respeto pero tremendamente excluyente. Eso es un contrasentido que choca con la esencia de la propia música. La apuesta actual es siempre a lo seguro. ¿No te aburres?

Esto son reflexiones personales. Aunque hable de mi banda no hablo en nombre de ella. Lo digo por el tema de la política. Ya me entiendes. “Paz y buen rollo hermano”.

martes, 19 de mayo de 2015

Más abajo



Recientemente tuvimos un encuentro en la 3ª fase. No sonaba nada parecido a John Williams pero el efecto fue casi parecido.

Volvíamos a Ourense después de dos años tras nuestro anodino último concierto en la Sala Auriense. Digo anodino por las sensaciones que se pegaron a mis dedos aquella noche. Sonido viscoso, desvirtuado. Tocas pero no te sientes a gusto. Las tablas te permiten con el tiempo ignorarlo poniendo buena cara al mal tiempo.

Si existe el azar y las posibilidades, la noche pasada en la Sala el Sótano reventamos la banca. Cuerdas rotas, poltergeist en el bajo y en la voz. Tuvimos que parar en dos temas, bueno…uno lo acabamos sin guitarra. Que en medio de unos temas la voz desaparezca sin motivo aparente tampoco nos extrañó. En fin, una serie de cosas que jamás nos habían ocurrido seguidas y en el mismo concierto. 

De todo se aprende. Pusimos nuestras mejores sonrisas y terminamos con la mayor dignidad posible haciendo que el público al menos se fuera para casa con la sensación de no haber tirado con el dinero. Nada que reprocharnos. Cada vez tenemos las espaldas más anchas. El público entendió a la perfección lo que pasaba notando nuestro esfuerzo para mantener a flote el barco.

Lo duro viene después, camino a casa en la furgo. Piensas en lo que fue, en lo que no fue. Piensas en tus errores. Al final desechas todo. Te concentras en mantener el coche en la carretera, llegar a casa, apagar la radio, dormir.

Te acuestas pensando en como tocaste en una sala que estaba al lado justo, ni 50 metros de un festival al aire libre homenaje a ACDC, gratuito. Ourense. 26 grados de noche. Cierras los ojos sonriendo.

Hay noches en las que todo está destinado a reventar la banca.

lunes, 23 de marzo de 2015

Próxima estación...

Dos semanas, dos conciertos para quitarnos de encima lastres pasados. Vuelta de tuerca y paso hacia delante. Se trata ya de una cuestión de actitud, de mostrar que crees en lo que haces, no basta que tú lo sepas. Todos saben lo que tu y yo sabemos, pocos lo susurran por lo que hace falta que cojamos de una vez por todas las riendas y disfrutar mientras nos dejen.

Salason recientemente y Tronkobar este fin de semana pasado sirvieron como escenario para que bandas poco conocidas aún como Onion Smile o Test Hammer mostraran su talento. Es una cuestión de tiempo y dedicación que estos grupos sean ya una realidad en la escena musical gallega. Como siempre hará falta algún que otro contacto para que los cantos rodados rueden mejor.

Por nuestra parte una muesca más en nuestros mástiles. Hemos madurado a base de ostias (para la censura, palos). Nos hemos mirado a la cara y hemos dicho, ¡basta!

No somos ya aquellos tiernos adolescentes que daban sus primeros pasitos con Avoid ni tampoco aquellos “turistas emocionales” de The tourist. Muy lejos quedaron los experimentos con Adore. Ahora con You dog!! toca remar mucho antes de que la corriente nos engulla. La próxima parada será en el Transylvania Pub (Vigo) junto con nuestros compañeros Ánima. Un lujo de verdad poder estar junto a bandazas de las que puedes aprender tanto. Al mismo tiempo su directo es garantía de una buena noche de rock. Para aquellos que hayan escuchado su disco olvidarlo, en directo se superan. Si os gustó ya tenéis un motivo más para acudir a esta cita.

Por nuestra parte nada nuevo bajo el sol quitando tal vez un detalle. Podemos superarnos, ya lo hemos demostrado. No somos la banda que actuó en octubre en la Iguana y que tanto gustó. Hemos evolucionado, pasito a pasito nos hemos compactado más. Es cierto que no fue fácil, cada pasito atrás, cada pequeño problema en el directo nos hace bajar la cabeza y pensar en todo lo que nos queda por delante, en mejorar y aprender de nuestros errores. En esas estamos.

No es fácil escucharme lanzar piropos sobre algo en lo que me involucro. Todo lo contrario. Creo que cada vez somos una mejor banda (como personas no hay nada que hacer) con un directo cada vez más potente.

Al acabar los conciertos suelo vestirme con la capa de invisibilidad habitual que llevo. Me camuflo entre la gente con mi cervecita en mano y escucho, escucho mucho gracias a los micropelillos de mis orejas ( para algo eran!!!)

Que nuestro show se puede mejorar? Somos un grupo de rock no el Circo del Sol. Eso no te quita la razón. Podemos mejorar pero no por ti, no porque lo pienses sino porque lo necesitamos nosotros mismos. Aceptamos vuestras opiniones, las valoramos siempre creednos pero no podemos dejarnos llevar por ellas ya que no marcaríamos nuestro camino. Forma parte de este mundo. No le puedes gustar a todos eso es un hecho. Por ello conviene desarrollar un fuerte sentido autocrítico a lo que sumar humildad. No nos escuches con los ojos. No escuches a ningún grupo con la vista. Eso lo aprendí en un mítico local de Vinos, “La torre”.

Nos gusta lo que hacemos, creemos en ello pero no quita que seamos más críticos que vosotros. Os lo puedo asegurar. Si algo nos caracteriza es que hacemos las cosas a nuestra manera.

Queda menos para el 11 de abril. Os esperamos en el Transylvania club donde seguro la noche será agradablemente diferente.

lunes, 16 de marzo de 2015

A la tercera...



A la tercera fue a la vencida. Nueva incursión en el morrazo, la Salason para ser más exactos. Compartíamos escenario con la banda local Onion Smile, muy a tener en cuenta en el futuro, con un sonido que por momentos recuerda a Interpol. Mucha calidad.

En nuestra anterior aventura con los Cerebral (Sevilla) no llegamos a las diez personas pero en esta ocasión nos encontramos con la agradable sorpresa de contar con una sala bastante concurrida. Así da gusto tocar.

Somos temperamentales sin complejos. Nos venimos arriba cuando hay aforo, sea hostil o amistoso. Nos lo creemos y salimos a liarla un poco.

Desde el primer acorde se notaba que esa noche era nuestra. Daba igual que hubiera gente sentada con cara de “mucho ruido, que horror”.

Es una sensación muy grata tocar para una sala llena. Te hace todo más fácil. No existen nervios del antes de. Ya no. Mi única preocupación es tratar de pasarlo bien. Curioso pensamiento este. Depende siempre de uno mismo. 

https://www.facebook.com/rocksoulthings


A pesar de acumular el cansancio de una larga semana llena de historias como siempre, como por arte de magia, en el momento de pisar el escenario todo eso se desvaneció. Los demonios habituales se escondieron en sus agujeros y dejaron sitio para otro tipo de personajes internos.

Nos olvidamos de conciertos anteriores donde no fuimos más que una imagen distorsionada de nosotros mismos. Solo hubo espacio para buenas caras, rock y ganas de tirarme sobre la batería. Algún día.

Hemos conseguido quitarnos una espinita más. Ahora toca asaltar Pontevedra. Seguimos rodando como cantos rodados cuesta arriba.


jueves, 12 de marzo de 2015

Capitán Kirk llamando a Spok

Fueron muchos los momentos previos a un concierto y seguirán siendo más espero. Esos momentos en los que cargas la furgo, te mueves horas y horas por carretera hasta llegar al local donde esa noche actuarás. En ocasiones te olvidas de cds para el camino y tienes que poner la radio en los que apenas hay nada interesante ya.

Llegas a tal ciudad, buscas el local, te metes por dirección prohibida por ser zona peatonal para residentes y rezas para no encontrarte con la policía. Explícale tú con los tiempos que corren que solo es para descargar el material del concierto. Prefiero no correr esa suerte. Lo normal es que lo comprendan. Lo normal es tan raro hoy en día.

Montas, hablas con el técnico, y empiezas la prueba de sonido. Habrá quienes se lo toman poco en serio. Un error. Cuanto más tocamos más necesitamos sentirnos cómodos dentro del escenario. Antes, cuando éramos menos viejos tirábamos para delante, todo valía. Ahora ya no.

Y aquí es donde entra la figura del técnico. Los hemos conocido de todo tipo y pasta. En la mayoría de los casos muy buenos profesionales, que se lo curran y encima tienen un trato estupendo. Se les nota curtidos en mil batallas.

Sin embargo, si tienes la desgracia de encontrarte con alguno que “pasa un poco de todo”, va a lo fácil o mejor dicho, pasa olímpicamente de ti (los hay aunque sea raro) entonces prepárate. Puede que el público no lo note porque el sonido que saca para la sala está bien pero dentro del escenario es otro cantar. Desde psicofonías hasta monitores de atrezzo, volúmenes mutados y muteados existe un sinfín de problemas a los que te enfrentas. Para eso la prueba de sonido es clave. No te lo tomes a la ligera.




Tómatelo como te parezca pero no bajes del escenario hasta tener la seguridad de que el sonido de tu grupo es el que tiene que ser dentro de las posibilidades del escenario y el local. El técnico cobra por lo que está haciendo, poco es cierto, pero cobra. Tu grupo apenas tendrá para pagar la gasolina y la cena. Por eso exige, con educación y buen rollo siempre, calidad. (Vuelvo a repetir que dentro de las posibilidades del local y el equipo). Si te tomas 30 minutos pues 30 minutos, si es una hora pues una hora pero hazlo!!! Luego no te lamentes.

Si durante el concierto tienes problemas fruto de una mala prueba de sonido te jodes y tienes que loquear al personal para que te arreglen lo que antes por prisas o por dejadez no hiciste. Si durante el concierto tienes problemas fruto del directo y no de una mala prueba de sonido o un técnico dejado no te cortes. Durante el bolo puedes hacer señas y gestos para que el técnico si está atento (debería) vaya moviendo los mandos de la “Enterprise”. Si aún así nada, al terminar el tema saca unos segundos y habla con tu técnico, buscad la solución para que cuando vuelvan los acordes todo vaya sobre ruedas.




La gente paga para ver, escuchar y sentir. Es tu responsabilidad también no descuidar el sonido. El técnico en ese momento es un miembro más de la banda y por ello debes contar con él al 100%.